La Globalización ha llegado con fuerza a todos los rincones, incluyendo las comunidades indígenas de nuestra región. La constante visita de turistas extranjeros y locales son la base para un cambio. Por Andrea Ibacache
San Pedro de Atacama. Paraje mundialmente conocido y carta de presentación para la segunda región. El Valle de la Luna y los géiseres del Tatio, entre otros, constituyen el fuerte turístico del pequeño poblado indígena ubicado al interior de Calama. Pero, ¿qué hay de su gente, sus habitantes, aquel pueblo indígena atacameño que compartió con Incas, Quechuas y Aymarás?
Conocemos a la etnicidad atacameña como un pueblo sedentario, que compartían con culturas Tiwanaku e Inca y pastoreaban ganado, pero no al atacameño del siglo XXI, aquel que resurge tras la transculturización de su etnia con la realidad actual de San Pedro de Atacama. Los valores propios de su cultura, como la importancia de elementos naturales y rituales de peticiones y ofrendas, son costumbres que difícilmente se asemejan con la actualidad del mundo urbano.
La visión de que los indígenas deben permanecer alejados de la modernidad es un concepto erróneo en el caso de los atacameños, ya que la interacción entre ellos y los signos aportados por procesos globalizadores se hace inevitable.
El turismo, la explotación de recursos hídricos por parte de las mineras, la presencia del Estado, las Nuevas Tecnologías y los Medios de Comunicación; constituyen los denominados “Signos Globalizadores”; los cuales generan impacto sociocultural en este poblado. La llegada masiva de turistas, su relación con organismos gubernamentales, las NTIC’S presentes y rol comunicador; establecen los cambios a los que se enfrenta el atacameño actual.
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La comunidad nacional moderna busca hacer parte a todas las minorías, sin exclusión. Pero desconocemos con certeza la otra parte del proceso, la reacción, la opinión y el conocimiento que refleja en la audiencia, la cual parece no querer perder distinción étnica.
Su incorporación al mundo moderno significó la llegada de nuevas culturas, y nuevas formas de transculturización. El proceso anterior, que aún no ha llegado a su fin, también implica el interés por una creciente oferta que genera el pueblo. Sus atractivos geográficos implican la creación de agencias turísticas, hoteles cinco estrellas, tours por la zona y toda una gama de servicios para atraer a turistas. Este nuevo resurgir económico del pueblo, se forjó sin la opinión del atacameño y no haciéndolo participe de un proceso en el cual estaba inmerso. Así, surge un desarrollo urbano, pero no étnico.
Pero no solamente su geografía era para ser admirada, también varias transnacionales vieron la posibilidad de explotarla, dando origen a la explotación minera. Es así como varias empresas mineras encontraron en la zona los recursos hídricos necesarios para sus faenas cupríferas. La explotación de las aguas cercanas no tardó en hacerse presente, y con ello, el impacto ambiental como consecuencia de su extracción sin previos “estudios de compensación o rescate”. Lo anterior generó impacto en la agricultura local, donde la escasez de agua afectó a canales de regadío, forraje para los animales y consumo personal. La agricultura dejó de convertirse en el principal sustento económico y los atacameños descubrieron nuevas formas de subsistir, como el turismo, o en algunos poblados debieron emigrar a otras comunas o ciudades como Calama.
Dicho procesos migratorios se vieron forzados debido no solamente a la escasez de trabajo, sino también al cambio drástico en su modo de vida. Esto en su relación con los turistas, nuevos idiomas, invasión de otras culturas. El pueblo se caracterizaba por su tranquilidad, donde su estilo de vida relacionado con la agricultura y sus tradiciones indígenas permanecían ajenos a los nuevos procesos globalizadores que se avecinaban, generando un cuestionamiento en su identidad como hombre atacameño. La naturaleza dinámica de la cultura atacameña se debe a todos los causantes que la rodean. La influencia de la tecnología, la modernización y el constante aumento de extranjeros hacen pensar en como la comunidad Lickan Antai absorbe toda esta información, como la viven, sienten y expresan en su cotidianeidad. Comienza a surgir un conflicto ambientalista hídrico, haciéndose necesaria una nueva legislación en torno al tema.
El desafío consiste en determinar las variaciones que con el tiempo han afectado a ésta comunidad y confrontarlas con las condiciones actuales de la realidad atacameña. De esta forma, el pueblo Lickan Antai se ve nuevamente enfrentado a la interacción con nuevas culturas; ya no con los conquistadores españoles, sino con el turismo, el Estado, los MCM y las NTIC.
Identidad Reformulada
Es posible decir que la comunidad atacameña no ha estado ausente de estos procesos, por lo que cada vez es más frecuente percibir situaciones que se enmarcan en el ámbito de lo global, pero adaptados a la realidad local: hoteles, restoranes y pubs de nivel internacional.
De esta manera podemos decir que la comuna de San Pedro está inserta en un proceso multiculturalizador, donde se mezcla lo tradicional con lo extranjero, y donde lo propio, como la identidad, no se mantiene estático, sino que se reformula y se adecua a la situación actual de la población gracias a los cambios modernizadores que se suscitan .
La Cultura Atacameña ha ido creciendo con el tiempo; si bien han sido muchos los factores que han repercutido en ella, han sabido sobrellevar las exigencias de un mundo moderno y dónde el lenguaje, las nuevas tecnologías y la modernidad avanzan a pasos agigantados.
El pueblo atacameño sí tiene derecho a acceder a las nuevas corrientes propias de la globalización, porque sus valores no van en cosas materiales, sino que son valores culturales implícitos, no se perderá por el uso de un MP3 o el contacto con turistas extranjeros. Tiene que haber desarrollo con identidad .
La importancia es cómo los pueblos indígenas deben construir su propia identidad ante la amenaza de esta nueva tendencia que busca emparejar a la sociedad en todos los ámbitos. El problema es resolver como se aborda y soluciona dicha problemática. Actualmente para los atacameños, el proceso globalizador sigue en curso, siendo constante la reformulación de su identidad.
En la actualidad, los atacameños comienzan a aprender como explotar a entidades gubernamentales y no gubernamentales, que buscan proteger su identidad; creyendo que su pasado histórico sólo es distinguible en un museo o en estudios arqueológicos. Dichas entidades no deben limitarse a esta utopía, sino indagar en el pasado, presente y futuro de los atacameños, en sus tradiciones aún vigentes que dan forma a su visión de mundo. Así, surgen estrategias adaptativas al cambio de la etnicidad por la globalización.
La importancia recae en que los propios Lickan Antai sean los forjadores de la reconstrucción de su identidad a la par con un mundo globalizado. En el hombre Lickan Antai recae la responsabilidad de controlar proyectos que apuntan a su futuro desarrollo, basado en su cosmovisión sociocultural.
Nota:
Texto basado en "COMUNICACIÓN GLOBALIZADORA E IDENTIDAD COMUNITARIA: Un Estudio de Caso Exploratorio de la población Lickan Antai de San Pedro de Atacama"
Autores: G. Cortés, A. Ibacache y C. Sánchez.
Disponible en: Biblioteca Universidad del Mar, sede Antofagasta
Código de Tesis: SEM PE C828 2008