Actualmente no existe una variada información sobre la espiritualidad y el culto religioso del pueblo atacameño. No obstante, las investigaciones arqueológicas y los restos encontrados indican claramente una creencia en una vida después de la muerte, siendo así el funeral uno de sus ritos más importantes. Los restos encontrados en los cementerios permiten conocer aspectos fundamentales de su cultura, por ejemplo cómo se vestían: usaban túnica, la cual era común a hombres y mujeres; sobre la túnica, las mujeres usaban un chal y los hombres un poncho; también se colocaban gorros ricamente adornados de lana, pelo humano, cuero o plumas; calzaban sandalias de cuero, y se colocaban numerosos adornos: anillos, aros y prendedores de cobre y plata; collares y pulseras de cuentas en piedras semipreciosas (turquesa, lapislázuli, malaquita, obsidiana), o de conchas. Según las investigaciones sus muertos eran sepultados en cementerios, en donde eran sepultados de posición tendida en sus primeras etapas de desarrollo, luego se generaliza la posición en cuclillas, esto es, acurrucados y con las piernas dobladas, de modo que las nalgas descansan en los talones
“El muerto poco después de haber fallecido, era doblado y armado con cordeles, envuelto en ponchos y paños de lana, y sepultado con todos los objetos que había servido durante la vida. La costumbre del ajuar funerario demuestra que ellos tenían la creencia de una continuación de la existencia después de la muerte, para lo cual, era menester premunirse como en la vida terrestre que había abandonado”
La cerámica atacameña de igual manera tenia fines religiosos ceremoniales destacados. Era roja y negra, pulida o grabada con motivos antropomorfos y geométricos, entro otras figuras.